Comenzamos marzo como una octavita del mes del amor porque estuvimos hablando de distintas clases de amor y es bueno amar sin condiciones pero no tanto, sabemos que todo en exceso es malo, que para eso existen los límites y con el amor no es distinto.
Siéntate junto a la ventana con un tecito amoroso y revisa como los excesos de amor hacen daño, observa como si te amas a ti mismo sin límites, dejas de identificar tus debilidades y por tanto pierdes la objetividad y la oportunidad de reinventarte, mejorar o simplemente avanzar, además desde allí resulta fácil caer en el narcisismo o extralimitarse, sintiéndote y expresando tu ser como alguien que se siente superior y mira con desprecio, que no es capaz de compartir sinceramente y que nadie aprecia.
Revisa que ocurre cuando te aferras sin límites al amor de la pareja; lo absorbes, lo sobresaturas, lo aburres y además le invades su espacio personal haciendo que salga corriendo -en el mejor caso- o se quede ausente en la relación, corres incluso el peligro de dejar de amar para empezar a depender. Ocurre también cuando amamos a los hijos más allá de los límites y los sobreprotegemos impidiendo su crecimiento y nublando sus posibilidades de desarrollo.
El exceso de amor es utilizado para justificar carencias, cuidado!.
Sucede igual con cualquier amor, cuando hablamos de amor por el trabajo, dejamos claro que te metes de cabeza en el trabajo por amar lo que haces y es cuando los amigos se alejan y dejan de invitarte, la familia se cansa de esperarte y se rompe hasta la relación más hermosa, los compañeros del mismo trabajo se aburren de ti y hasta tu propio cuerpo te reclama descanso.
Hermoso y perfecto es amar sin condiciones pero sin sobrepasar los límites sanos, sin invadir al otro, sin depender, sin escondernos detrás de una burda excusa; amar sin condiciones es la verdadera expresión de libertad desde el amor, es tan valioso que te basta sentirlo para ser feliz, incluso con el pensamiento y hasta sentada frente a la ventana, disfrutas el simple hecho de tomar profundamente un aire que te deja saber que inspiras amor, eso lo llaman suspirar y es una delicia.
Disfrútalo, siéntelo y déjalo salir para compartir sanamente con todo aquel que contactes, recuerda que debes amarte a ti mismo sin condiciones y por mandato de Dios, amar al prójimo como a ti mismo.
Como ya he hecho habitual, te invito a revisar más, a respirar profundamente y tomar el aprendizaje que pueda ser necesario para ti de cada palabra o cada tecito para el alma que podamos compartir.
Aquí para ti
@jannincv
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