Pearl Buck, Premio Nobel de Literatura (1938), publica “Viento del Este, viento del Oeste” en 1929 y en menos de diez años después de su primera novela, se convierte en la primera norteamericana en recibir este galardón, era hija de misioneros y pasó la mitad de su vida en China, de donde extrae la inspiración que nos comparte en cada uno de sus libros, ofreciendo siempre un retrato amable de China y su gente.
Particularmente hace muchos años cuando leí su primera novela, quedé fascinada por su estilo y la manera de abordar las diferencias culturales, recientemente la autora vuelve a captar mi atención con "El eterno asombro", creo que me atrajo además saber que es una novela póstuma, lo último que su pluma escribió y se publica casi treinta años después de su muerte, debido a que los manuscritos se quedaron olvidados en el trastero de su casa, que al tiempo fue vendida y los nuevos dueños encuentran este tesoro y lo devuelven a sus hijos, quienes se ocupan con todo amor y haciendo honor al impecable trabajo de Pearl, de la edición final y publicación en 2013.
El eterno asombro, cuenta la historia de Rann un chico superdotado en inteligencia que desde su nacimiento comienza a sentir un asombro fascinante por la vida y sus caminos, se dedica desde muy niño a la búsqueda del sentido y la finalidad de la vida, viaja por el mundo entrelazando sus experiencias con personajes encantadores, su amorosa madre y su dedicado padre, sus compañeros de escuela, sus profesores, su abuelo y su sirviente, Lady Mary, Stephanie y su padre. Rann y Stephanie se identifican en su necesidad de encontrar el sentido de una identidad auténtica y en sus dispares escenarios de vida se enamoran.
Te invito a leerla, no sólo para disfrutar el desenlace de una historia de amor, si no para descubrir una gran obra literaria, de esas que crean debate, asombran, emocionan, te hacen reflexionar y abordan temas que no salen de la palestra jamás, es asombroso que haya sido escrita hace más de 40 años, por una mujer de 80 y de manera sutil e inteligente plantee temas como la búsqueda de sentido y propósito, identidad, mestizaje, transculturización, atracción homosexual, y otras vacilaciones que atraviesan el devenir constante de nuestra mente.
Me quedo con la delicia de una frase inolvidable:“el asombro es el primer paso para la creación”
Rann en su proceso de adaptación y autoconocimiento, se sentirá eternamente asombrado al comprender que no todo está en los libros y debe aventurarse a vivir el mundo más que la vida misma. Tanto si conoces a esta encantadora escritora como si no, te invito a leer “El Eterno Asombro” y dejarte llevar por tus propias interpretaciones.
Yo lo disfruté en grande
@jannincv
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