Por: Gustavo A. Gil.
Elisa Helena Abadí Trias @elisaabadiarte no es solo una artista y de las más brillantes e ingeniosas, su obra está cargada de realismo y mucho, por cierto, pero no por esto deja a un lado su magia y es que te conmueve, definitivamente nutre y encanta.
Si te topas con ella, su imagen te impresiona, un día con una melena morena y al otro con la cabeza amarillita o rapada, eso sí con dos luceros azules y un rostro simplemente angelical, puede que te dé la impresión de dureza pues es directa, no edita, es de las personas que va siempre de frente con seguridad, certeza y confianza, su fe es ilimitada en ella y en un Dio5 que va más allá de las religiones.
Es Caraqueñisima a pesar de sus años en Valencia, Venezuela, añora su terruño, judía de nacimiento y convicción. Yo le llamo Elisa Doolittle como el entrañable personaje de My Fair Lady también la he descrito como el Sr. Coco de Manzanita de Julio Garmendia (de concha dura peso con un corazón blandito y tierno). No le gustan los halagos y probablemente se enoje conmigo una vez que lea este articulo, pero es mi muy sentida manera de decirle Gracias y darle voz a muchos que la queremos, admiramos y respetamos aún desde la distancia física.
Desde practicar el violín, trabajar como asistente de un muy prestigioso e internacional diseñador de modas, ser maquilladora en una producción de cine, diseñar franelas, o crear las ilustraciones en alto relieve para “El Espacio Braille” del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas SOFIA IMBER (porque así se seguirá llamando para nosotros los Venezolanos de 7 estrellas), luchar por la libertad de un país, de un oprimido, o repartiendo comidas o medicamentos para los más necesitados, todo esto y más son parte de su historia, así como una impecable formación como Diseñadora gráfica e ilustradora, haber realizado estudios de pintura y escultura en la escuela de artes plásticas Federico Brandt y haber sido alumna del Maestro Zapata, Antonio Lazo, Henry Abend y Gerardo Ruiz en las especialidades de dibujo, talla en madera y grabado, forman parte de su extenso currículo.
Tal vez es por esto que su inspiración es tan variada y lo muestra así en cada una de sus obras, que puede comprender desde alguno de sus adorados perros, una injusticia social, un personaje alegre o una de sus musas (Helenita Trías, su mamá) a quien ha plasmado en múltiples versiones y quien no lo haría, si Helenita es un mundo de cultura, gracia, anécdotas y peculiaridades.
Pero esta vez quiero contarles de uno de sus trabajos más resaltantes y ha sido el de honrar la imagen de José Gregorio Hernández, si el mismo, que todos conocemos y queremos, el ilustre y sencillo hombre que se dedicó a dar salud a todo el que lo necesitaba y murió atropellado por un carro en la Caracas de techos rojos, y desde entonces se le han atribuido gran cantidad de milagros, haciendo que desde 1949 la Iglesia católica comenzara el proceso de canonización parar designarlo santo.
En el año 1986, el papa Juan Pablo II reconoció sus virtudes heroicas y lo declaró «venerable». El proceso se renovó el 18 de enero de 2019, luego de un milagro atribuido a Hernández en San Fernando de Apure, en el que una niña se recuperaría de una herida de bala. Y así fue como el papa Francisco autorizó la beatificación de José Gregorio Hernández, el 19 de junio de 2020 dejando a Elisa sin su venerable porque ahora tiene a un Beato.
Para muchos conocedores del tema -confieso que yo de esto no tengo idea- digo de los protocolos del vaticano al respecto, el proceso ha tardado o demorado más allá de lo usual, no solo por cumplir con los estrictos requerimientos de Roma, sino porque de alguna manera han asociado la imagen de Jose Gregorio a Sorte y para aquellos que no saben de esto, es una montaña en San Felipe, Estado Yaracuy, Venezuela donde se realizan ritos totalmente opuestos a la religión católica, es decir BRUJERIA.
Y es aquí donde entra de nuevo Elisa quien con mucho respeto y por cuestiones de empatía y admiración hace ya algunos años comenzó a pintar los bustos que hemos visto siempre, de toda la vida en las casas de venta de cerámica y en los altares y tiendas de imágenes, pero esta vez con un giro radical, no como imagen religiosa, sino como expresión artística, donde me quedo corto con las descripciones que pueda hacer pero que definitivamente están cargadas de color, brillo, magia y picardía. Con toque de Picasso, Vasarelli, haciendo homenajes a Cabrujas, Armando Reveron, Klimt, Roy Lichtenstein, Van Gogh, Ernest Ludwig Kirchner, Marc Chagall, Joan Miró, para todas las Heroínas de Funcamama, Uslar Pietri, o José Gregorio como Magallanero, picando un ojo, con la vallita en el pecho, el salto ángel, el Ávila, angelitos negros, amores perros, con el tricolor Venezolano y también con Banderas de muchos países que también lo aclaman, con guacamayas, orquídeas, calzando unos all star Converse o con su estetoscopio en el pecho como digno galeno que fué y de mil maneras más lo representa, a tal punto que hasta en una de sus obras acompaña a los que como yo salimos de Venezuela pero la llevamos en el corazón.
Definitivamente los José Gregorios de Elisa son sinónimo de amor, fe y libertad.
Hace algunos años parte de su obra fue plasmada en lo que ella llamo “un sueño hecho realidad” cuando su amigo @mik_master le hizo completamente a mano el libro Los venerables de Elisa Abadí.
Sus obras son únicas e irrepetibles, muchas de ellas las podemos disfrutar gracias a fotografías de @selektorg y aunque muchos personajes conocidos a nivel internacional los poseen (por respeto no hago mención), no necesitas tener mucho dinero o renombre para tenerlos, solo profesar fe por él y tener la oportunidad de ver una exhibición, conocerla, caerle bien o escribirle a @marianabencomog porque a Elisa ni pensarlo, ella no sabe de precios, costos y mucho menos lo que es vender.
Yo atesoro el mío que esta en buenas manos en Valencia, tiene a la virgencita del Valle por un lado y una hermosa playa, no sé si es Pampatar o mi querido Patanemo, pero el solo hecho que un día me lo hizo llegar con su mamá es una honra, un halago y una fortuna.
No hay oportunidad en la cual no hable de su trabajo con infinito orgullo, pues este va más allá del arte, es amor, pasión, esfuerzo y lucha constante por ser, existir y sobrevivir a las adversidades cotidianas.
Es su historia digna de exaltar por su entrega, por sus sueños pues lo que evocan es la libertad…
Y es que como ella misma muestra en sus redes:
Quizás muy pronto gracias a tu granito de arena ya te quedes también sin Beato y al fin tengamos tu San José Gregorio Hernández aunque de corazón siempre así lo hemos sentido.
Con todo mi cariño y respeto para ti Elisa Abadi y por supuesto a Helenita (Mima) y a Jorge (mis tres mosqueteros).
Gustavo Adolfo Gil Garcia (el Dr. Hielito).
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