Cuando esta joven chilena decidió estudiar cocina que era lo que le gustaba, tuvo una difícil decisión al momento de definir su especialidad entre cocina y pastelería, pero ella escogió la cocina, lo que nunca se imaginó fue que su carrera profesional la iba a desempeñar en el área de Pastelería, en el restaurante Raco de Can Fabes ganador de tres estrellas Michelin y dirigido por el Chef Santi Santamaria. Fernanda le abrió sus brazos plenamente a esta oportunidad y hoy además de obtener una gran experiencia en esta área, disfruta del arte de enseñar sus conocimientos, siendo Instructora de Pastelería en la Carrera de Gastronomía del INACAP y profesora de panadería en Casa de Oficios en la ciudad de Santiago, Chile.
Fernanda en sus inicios estudió un año de enfermería, pero luego se dio cuenta que su verdadera pasión era la cocina y decidió ingresar a la Universidad, donde estudió Administración en Producción Gastronómica en INACAP. Durante su carrera destacó como buena alumna tanto en cocina como en pastelería, pero confiesa que al momento de escoger su especialidad se inclinó por la cocina que era lo que más le gustaba.
Para Fernanda una de sus metas luego de graduarse era recorrer el mundo para ganar experiencia y poner en práctica todo lo que aprendió en la universidad, ya que incluso durante toda su carrera estuvo trabajando y desempeñándose en diferentes áreas. Durante el primer año hizo tartaletas, el segundo año preparaba banquetes y hacia servicio de catering, para lo cual tenía un equipo de trabajo integrado por sus mismos compañeros de estudio. Al culminar sus estudios, ya tenía una propuesta laboral en la famosa cadena de almacenes Walmart en el área de alimentos, en donde estuvo un tiempo desarrollando productos gourmet y comidas preparadas. Luego de un año de experiencia, retoma su meta y es cuando decide irse a Barcelona aventurándose a una ciudad sin saber a dónde llegar ni que hacer, pero eso formaba parte de esa inequívoca decisión que tomó.
Encuentro en San Celoni
Embarcada en esa aventura que muchos anhelan y pocos logran hacer, Fernanda llegó a la pequeña ciudad de San Celoni en donde después de un mes conociéndola e indagando sobre la ciudad comenzó a entregar su currículo en diferentes restaurantes de la zona, pero lo que ella no sabía, era que en ese pueblo había un restaurante premiado con tres estrellas Michelin llamado Raco de Can Fabes, capitaneado por el Chef español Santi Santamaria. Desconociendo tal acontecimiento ella muy segura llega a entregar su currículo en dicho restaurante para el que previamente debías hacer una cita incluso para entregar currículo.
“Yo llegué y pregunté por el chef sin saber que tenía que hacer una cita previa, pero corrí con la suerte de que el chef me atendiera el mismo día y sin desaprovechar un minuto expliqué mis experiencia y mis ganas de trabajar”.
La respuesta más inmediata del chef fue, que tenía en planes abrir un restaurante en aproximadamente un mes, para lo cual iba a necesitar personal y que la tendría en cuenta. A los tres días Fernanda recibe la llamada del chef ofreciéndole una vacante en su restaurante pero, para su sorpresa, en el área de pastelería, sin embargo como buena profesional confiando en su talento no dudo en aceptarla y comenzó a trabajar con la esperanza de que en algún momento podría trabajar en cocina, esa esperanza la llevó a trabajar y perfeccionar el arte de la pastelería durante 8 años.
Carrusel de emociones
Luego de 8 años desempeñándose en la pastelería, Fernanda sufrió una crisis vocacional, como a muchos nos puede pasar, estaba cansada de trabajar tantas horas seguidas y su desgaste la llevó a tomar una pausa en lo que siempre había sido su pasión y por ende renunció al restaurante. Y cuando digo que fue una crisis vocacional, fue así, porque luego de este evento comenzó a trabajar en una fábrica de focos, era lo más opuesto a lo que ella podría haber estado haciendo, pero por fortuna esa crisis duró solo dos meses.
Una vez que recobró el rumbo de su carrera, comenzó de nuevo la búsqueda en el área gastronómica y en esa búsqueda se topó con el Hotel Blancafort en Barcelona en donde necesitaban un chef de pastelería, trabajo para lo cual se sentía segura y preparada para desempeñarse como pastelera.
"Mi paso por el Hotel fue de 4 meses ya que luego me volvió a contactar el chef Santi Santamaria ofreciéndome mi cargo de vuelta, en virtud a que habían pasado 4 personas por el puesto que yo había dejado sin tener mayor éxito, motivo por el cual decido volver al restaurante".
Tres años más sumaron a la experiencia de Fernanda, tiempo durante el cual nunca dejó de prepararse, tomando a la par de su trabajo, cursos de panadería especializándose en fermentación, panadería moderna, pastelería, chocolate y azúcar, capacitándose para tener mayor seguridad y afrontar nuevos retos.
Regreso a Chile
Después de tres años trabajando nació su primera hija, le tocaba ahora desempeñar un rol para el que todas las madres aunque no tenemos una guía debajo del brazo, siempre estamos preparadas y dispuestas a hacer lo mejor posible. Pero, el extrañar el calor de hogar y el anhelado reencuentro con sus raíces la llevó a tomar la decisión de regresar a Chile, incluyendo una propuesta de trabajo en mano.
Meses antes de su regreso habría recibido una oferta de trabajo del INACAP, universidad donde se formó, la propuesta era para dar clases, lo cual le pareció atractivo y luego de solventar ciertos pendientes en España, regresa a Chile.
" Me reencontré con mis antiguos profesores que ahora son mis compañeros de trabajo y me tuve que adaptar a esta nueva modalidad de ser educadora, ahora más tranquila, tenía que enseñar, explicar paso a paso, ser paciente con los alumnos, era una dinámica completamente diferente a la arrasante adrenalina que uno vive trabajando en cocina, pero ha sido una experiencia enriquecedora porque me gusta transmitir mis conocimientos y esta ha sido la mejor oportunidad”
De la cocina a la universidad
La trayectoria de Fernanda ha estado llena de muchas experiencias cruzadas, que ha sabido aprovechar, su integridad profesional la llevó a perfeccionar la pastelería y de estar en una energía constante de aprendizaje, ahora le toca a ella enseñar todo lo aprendido.
“Llevo ya 6 años dando clases teóricas y prácticas de pastelería, talleres y asesorías. Manejo todas las técnicas de pastelería, pero mi fuerte es la panadería. En Barcelona aprendí mucho sobre el pan, sobre los procesos químicos y la fermentación. Me gusta entender y que mis alumnos entiendan de la misma manera, lo que sucede cuando dos ingredientes se juntan, se que la teoría es aburrida y lo que queremos hacer es mezclar y ver qué pasa, pero si no sabemos la teoría, no vamos a poder saber por qué no resultó una receta, yo siempre los insto a que averigüen sobre la química de los alimentos, que aprendan por ejemplo; por qué se mezcló la leche con el limón y logró ser estable en una preparación, es saber cómo va a reaccionar la mezcla y de esta manera minimizamos el ensayo y error y podemos ofrecer productos de buena calidad.
Además de dar clases en la Universidad también ofrece sus servicios en una escuela para todo tipo de personas que quieran aprender, llamada Casa de Oficios, ensenado cosas más puntuales. Gracias a su amplia experiencia en Panificación, también está dedicada a dar asesoría a algunas panaderías sobre estandarización de procesos y formulaciones, algunos la llaman la Dra. Pan.
En un futuro
“Tengo varios anhelos en mente, pero lo proyecto primero yéndome al sur de Chile a un lugar más pequeño y allí hacer un salón de té o una pastelería con dos salas para enseñar lo que sé, soy una persona que entrega todos los conocimientos y eso es lo mejor que uno puede hacer como ser humano en cualquier área en la que te desempeñes”.
Fernanda nos regala una trayectoria llena de experiencia y aprendizaje, en donde el trabajo y la preparación es la constante para lograr lo que deseas.
Hasta la próxima entrevista!
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