Para continuar revisando tu motor principal -siempre a través del ejemplo que les propongo de cómo reviso el mio- te invito a dedicarte hoy un tecito de jazmín para el alma, Jazmin porque es el más amable de todos los tecitos, lo disfruto tibio, nunca caliente a quemar, tibio, reposado, endulzado con un toque de miel, esta amabilidad es necesaria si queremos seguir trabajando en revisar nuestros motores, pues al igual que ajustamos las piezas con aceite en el motor de cualquier máquina, necesitamos amor, amabilidad para reajustar el motor de nuestra vida que en ocasiones falla pero ha de acompañarnos para continuar el viaje.
Les decía antes que mi motor de vida es la Valentía, otros lo llaman coraje, me di cuenta de esto hace 21 años mientras atravesaba una experiencia de esas muy dolorosas que solo pueden superarse con valentía, el detalle no viene al caso, centraremos la atención en el motor, cual escogiste tú?, siguiendo la pauta con el ejemplo, cada vez que yo mencione valentía, tu mencionaras el motor que a ti te mueve, el valor que más resuena contigo.
Empecemos...
¿Para qué sirve la valentía en mi vida?
R: Para muchas cosas, para avanzar, para confiar en mi misma, para resolver mis problemas, para saltar los obstáculos que se me presentan y para disfrutar la vida. En tu ejercicio, encuentra tus propias razones, lo importante es la pregunta y lo que puedas responderte.
¿Qué ocurre si no soy valiente?
R: Poca cosa, pierdo el rumbo, desconfío de mi misma y fallo en mi plan, en cualquier plan que me haya propuesto, me atasco, me frustro, no cumplo, caigo en la culpa y en la víctima, “pobre de mí no he sido valiente esta vez”. Responde que te ocurre a ti cuando te arriesgas a avanzar sin el valor que has escogido.
¿Qué cosas identifico que logran distraerme y alejarme de mi valentía?
R: Wow aquí posiblemente empiezas a sentir calor y ganas de no seguir el ejercicio, respira no pasa nada, tómate otro sorbo amable del té de Jazmin para el alma. En mi caso… bueno, confieso que he sido cobarde muchas veces, he dejado de lado mi Valentía y me he dado tropezones por esto -ocurre cuando tienes un valor que te ayuda a hacer las cosas bien y lo dejas de lado- , una vez perdí la valentía por exceso de confianza, porque creí saberlas todas y actué imprudentemente, otra porque no escuche un buen y oportuno consejo, alguna vez porque creí que todo dependía de mí y fui arrogante y zas! Te equivocas y pierdes la valentía. Se te desmorona el valor (seguro pasa igual con el valor que tu escogiste para guiar tu vida, OjO).
¿Qué me toca hacer para recuperar mi valentía, que es mi motor de impulso?
R: Solo es posible si te enfocas de nuevo, en el caso de la valentía, es necesario dejar de lado el EGO, que te hace confundir la valentía con superpoderes, todos tenemos un EGO, como esa parte de ti que se ocupa de confrontarte y si le dejas ganar te anula, te confunde y pierdes la valentía y la confianza en ti mismo, toca en este caso enfocarme en que para ser valiente debo reconocer que no puedo sola, que necesito una fuerza sobrehumana, porque desde mi valentía, pongo lo mejor de mi, doy todo lo que tengo, pero no es suficiente, entonces voy a mi lugar secreto, al cofre del tesoro en mi corazón y me encuentro con Dios -no importa qué significa esto para ti- es más simple de lo que parece, ve a tu interior, respira, y serenamente aprende de tu experiencia y sin apuro entra en acción, esta vez lo harás diferente y habrás ajustado tu motor. (Pasa con cualquiera que sea tu valor para la vida).
Recuerda que no somos máquinas, pero igual fallamos y es perfecto, igual nos alejamos del valor que nos mueve y fallamos, pero no es el fin del mundo, siempre hay amor en tu corazón y amabilidad en el tecito de Jazmín para el alma que nos hemos tomado esta semana, además recuerda que siempre en compañía es más fácil avanzar.
Seguimos revisando los valores en la próxima entrega.
Sigo aquí para ti
@jannincv
Comments