Por: Chef María Elena Conde @cocinartecidg
Las uvas, alimento esencial de la dieta mediterránea. Destacan por su sabor y digestibilidad. Es una fruta del tipo conocido como bayas, muy completa y equilibrada, ricas en azúcares (fructosa, sacarosa y dextrosa) fácilmente asimilables y contiene casi todas las vitaminas del complejo B, imprescindibles para el metabolismo y mejor aprovechamiento de los hidratos de carbono. Además, ha demostrado ser un alimento cardiosaludable, gracias a su contenido de flavonoides y otros antioxidantes vegetales.
Por ello, tanto la uva como el vino, contribuyen al buen estado de las arterias, sobre todo las coronarias, ya que las dilatan, impidiendo el depósito de colesterol y haciendo más fluida la sangre. La uva tiene también provitamina A y vitamina C, que contribuye a que el hierro que contiene, se asimile mejor. También es rica en fibra vegetal soluble (pectina), que ayuda a combatir el estreñimiento al activar el tránsito intestinal.
La uva contiene minerales: calcio, azufre, magnesio y sobre todo potasio (de gran efecto diurético) y de hierro (de propiedades anti anémicas). Sin embargo, aporta muy pocas proteínas y grasas. Actualmente, algunas investigaciones le atribuyen propiedades anti cancerígenas, debidas al resveratrol, presente en cantidades variables en las distintas variedades de uvas y que se encuentra también en el vino.
El zumo fresco de uva al despertarse, es un gran alimento para empezar el día con energía. Puede ser útil como complemento en situaciones de anemia, embarazo, estrés o sobre esfuerzo muscular, estreñimiento, hemorroides, alteraciones cardiovasculares y acidez gástrica. Tan solo debemos restringirlo a las personas con tendencia a sufrir piedras en el riñón, puesto que contiene ciertas cantidades de ácido oxálico, así como a los diabéticos, debido a su alto contenido en azúcares de absorción rápida.
Actualmente, se conocen más de 5.000 variedades de uvas a nivel mundial; no todas son utilizadas para la vinificación o por lo menos para hacer buenos vinos, diferenciadas por el color (blancas, verdes, negras, rojas y moradas), el tamaño de los granos, la textura, el contenido de azúcar, la acidez y la maduración. Como postre o como ingrediente en muchos platos, nuestra elección dependerá del aspecto, sabor y toque de originalidad que deseemos darle a nuestras recetas. Al comprar la uva, es importante elegir que sea fresca y que esté madura. Es decir, que tenga el tallo verde y flexible y sus granos estén bien separados. Esto será señal de que el sol le habrá dado en toda su superficie y habrá madurado suficientemente.
Antes de consumirlas, es conveniente lavarlas con abundante agua para eliminar los posibles restos de plaguicidas y suciedad. La fina película blanca, denominada pruina, que aparece en forma natural en las ciruelas y las uvas, es un indicio de frescura y no un residuo químico. Pueden conservarse en la nevera, poniendo los racimos sobre el papel absorbente, o también, guardarlos en una bolsa plástica perforada. Y para que conserven todo su sabor, es conveniente sacarlas de la nevera, una hora antes de ser consumidas. El mosto que es el jugo de uvas sin fermentar, tiene las mismas sustancias cardio-protectoras del vino, pero más concentradas y sin alcohol.
Por todas estas razones, les recomiendo que la próxima vez que vea unas bonitas uvas, las compre y por ejemplo, pueda hacer esta rica ensalada que a continuación les transcribo:
RECETA DE ENSALADA DE UVAS Y QUESO
Ingredientes (4 personas)
½ taza de uvas negras o moradas
½ taza de uvas rojas
½ taza de uvas verdes
2 bulbos grandes de hinojo
4 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
2 cucharadas de jugo de limón recién exprimido
200 gramos de queso azul o queso tentación (tipo brie), desmenuzado
2 tazas de lechuga romana (lavada, higienizada, seca y troceada groseramente)
Sal y pimienta al gusto
Preparación
Lave cuidadosamente los tallos de hinojo, eliminando las partes más duras y cortar los bulbos longitudinalmente en dos partes, desechando el centro o corazón, luego cortar los bulbos finamente en julianas.
En un bol aparte, mezclar el hinojo cortado con el aceite de oliva, el jugo de limón, sal y pimienta, revuelva muy bien y deje reposar unos 10 minutos.
Aparte, lave y seque las uvas, córtelas por la mitad, retire las semillas e incorpórelas junto con el queso desmenuzado y la lechuga troceada, en otro bol.
Finalmente sólo queda mezclar muy bien todos los ingredientes, rectificar el punto de sal y la ensalada ya está lista para servir.
¡Buen provecho!
Comments